Debo reconocer que este 8 de marzo me encuentra en un contexto especialmente sensible. En los últimos 30 días, en mi ciudad, 2 mujeres han sido víctimas de abuso sexual y una niña de 11 años perdió la vida en manos de una bestia degenerada. Todavía me siento conmovida y me es sumamente difícil abstraerme de este contexto puntual.
Como mujer y como madre de una niña, me siento en la obligación de comprometerme y redoblar mi compromiso para combatir esa cultura machista de quienes buscan satisfacción ante la dominación, posesión o manipilación del sexo opuesto, como un arraigo cultural que aún hoy, hay sectores que lo reivindican.
Desde el Frente Renovador, creemos que la mejor política social para llegar a la igualdad es empoderar a las mujeres. Para eso hay tres pilares fundamentales: la autonomía económica, o sea no depender, el control de nuestro cuerpo, y decidir sobre nuestras vidas con plena autonomía.
A partir de lo expuesto, creo que el día de la mujer debe ser un día de reflexión, un día en el que, sin lugar a dudas, nos sentimos felices de nuestra condición, y agradecemos el reconocimiento por tal, sin embargo, no perdamos de vista que la Justicia es la Igualdad a la que aún no hemos alcanzado.