Hace 168 años fallecía en suelo francés, el Libertador de América. Mucho se ha hablado del genio militar y de la conducta intachable de quien fuera el artífice de la liberación de Argentina, Chile y Perú. Pero pocas veces se remarca que la lucha anticolonial y la cuestión social, formaron parte de un mismo programa político en el pensamiento Sanmartiniano. Formado en España, en lo cultural, como hombre y como político, y fuertemente influido0, San Martin era americano por nacimiento, pero muy hispano; un liberal revolucionario como los de las Juntas Populares de 1808 en España, como lo eran también en América surgidas entre 1809 y 1811. Una vez en América, se dedicó a la organización de los ejércitos libertadores, primero Los Granaderos y luego el Ejército de los Andes; pero también participó activamente en la política local, como en la formación del Segundo Triunvirato y en la Gobernación de Cuyo. San Martín luchó por la liberación y unificación de varios países, construyó junto a Bolívar la libertad de sus compatriotas y respetó a los pueblos originarios, a quienes llamaba “nuestros paisanos, los indios”. A partir de su célebre figura y heroico proceder, se construye esa gran narración que nos explica como país. Esa narración que nos conformó como comunidad y que debemos pensar y reconsiderar en nuestro camino hacia una patria justa, libre y soberana. En este día tan importante para quienes militamos por una Patria cada vez más justa, libre y soberana, recuperar el legado sanmartiniano, es una tarea ineludible. “Seamos libres, lo demás no importa nada”.