Sra. Diguardi y Sr. Villalba:
He recibido vuestra nota titulada “Recomposición salarial” y luego de una detallada lectura concluyo que, a mi juicio equivocadamente, se pretende hacer pagar al gobierno municipal las erróneas políticas de otros niveles de decisión en lo relativo a la pérdida de poder adquisitivo por
efecto inflacionario.
El gobierno municipal, gobierne quien gobierne, NO ES RESPONSABLE de la inflación, gobierne quien gobierne. Les digo más, las sufrimos en todas sus consecuencias ya que resulta cada día más difícil responder a exigencias mínimas de vecinos y trabajadores, pero sería una irresponsabilidad
de mi parte aconsejar a conciencia al Sr Intendente a tomar medidas que pongan en riesgo no sólo el funcionamiento del Municipio sino también el pago de salarios de todos los trabajadores. Puedo incurrir en impericia o fruto de bruscos cambios en la macroeconomía, pero NUNCA A SABIENDAS
DE QUE EN POCO TIEMPO SERÁ UN PERJUICIO PARA TODAS LAS PARTES.
El gobierno nacional, no importa quién sea el gobernante, tiene a su disposición mecanismos de financiamiento y/o emisión de dinero para cubrir necesidades, lo mismo que quien se desempeñe en el gobierno provincial que ya tiene previsto en el presupuesto anual un fuerte endeudamiento para cubrir necesidades. En cambio, los municipios tenemos que ajustarnos a los recursos que nos tocan por coparticipación más lo que aportan los contribuyentes locales.
Tampoco podemos llevar las tasas a valores impagables porque sería contraproducente además de injusto. Es fácil comprobar que nuestras tasas de servicios generales tienen valores promedio que no superan el precio de 1,5 a 2 kg de asado y como seguramente ya están deduciendo, no es nada
fácil sostener un municipio con estos niveles de ingresos. Cualquier compra mínima de un autoservicio o supermercado supera ampliamente el valor de nuestras tasas, lo mismo que la mayoría de otros servicios prestados por empresas privadas.
Todos los aumentos posibles se han dado consensuando con representantes del Sindicato Municipales y no ha sido fácil en más de una oportunidad encontrar denominadores comunes que puedan ayudar a los trabajadores en la convivencia con procesos inflacionarios.
Uds recordarán que en 2022 fue festejado con bombos y platillos que un gremio muy importante había acordado el 60% de aumento, lo que parecía una locura y que no habría forma de superar.
Sin embargo, esos festejos se transformaron en poco tiempo en nuevos reclamos porque el proceso inflacionario superó todas las expectativas.
Nosotros, en nuestra ciudad, en diálogo permanente con las autoridades gremiales llegamos a superar el 92% anual más el bono que se pagó durante 9 meses, que a los salarios menores no es poco lo que le significa.
Chivilcoy por motivos que cada uno tendrá para justificar, está recibiendo una coparticipación con valores de agosto/22, con la incertidumbre adicional que hasta avanzado el mes no se recibe de Provincia el dato de proyección de ingresos de ese mismo mes, cuestión que era trimestral y
permitía visualizar razonablemente 90 días de gestión. Ahora ni 30.
Llama también la atención que, a nivel provincial, que es donde tiene incumbencia el gremio CICOP del que forma parte uno de los firmantes, aceptó un aumento del 40% por el primer semestre cuando aquí se acordó el 45,20%. Beneficio directo sobre los básicos, cuestión que también alcanza a los jubilados.
Sumemos al 45,20% el bono anual en pagos mensuales que suma $95.000 – para salarios menores a $150.000- que significa un fuerte refuerzo en los salarios más bajos. Hay además un compromiso de monitorear permanentemente la evolución de índices de precios e ingresos municipales.
Nadie puede pensar de buena fe que los gobernantes tengamos la crueldad de guardar dinero sin sentido cuando todos sabemos de las dificultades que hoy se están atravesando. Con Britos en el gobierno y De Lillo en Hacienda los trabajadores tienen garantizado su sueldo tal como lo venimos
demostrando año a año.
Ing. Eduardo A. De Lillo
Secretario de Hacienda.