Los jefes de la diplomacia del G7 están reunidos hasta el sábado e invitaron a sus homólogos ucraniano y moldavo a participar en sus discusiones para saber cómo pueden apoyar más a Ucrania.
El G7 renovó su respaldo a Ucrania “hasta la victoria”, en una reunión de cancilleres que se hizo en Alemania en la que Kiev reclamó a los países miembros que confisquen los bienes rusos para utilizarlos en la reconstrucción del país tras la guerra, mientras dos charlas telefónicas de líderes occidentales con Moscú buscaron destrabar las negociaciones y Turquía amenaza con bloquear el ingreso de Suecia y Finlandia a la OTAN.
“Vamos a continuar apoyando de manera permanente el combate de Ucrania por su soberanía, hasta la victoria”, remarcó el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, mientras el Reino Unido pidió que se envíen “más armas” a Kiev y se adopten nuevas sanciones contra Rusia.
“Es muy importante en este momento mantener la presión sobre (el presidente ruso) Vladimir Putin suministrando más armas a Ucrania e incrementando las sanciones” contra el Kremlin, afirmó la ministra de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss, quien remarcó que la unidad del G7 fue “vital durante esta crisis para proteger la libertad y la democracia”.
Los jefes de la diplomacia del G7 (Alemania, Francia, Italia, Canadá, Estados Unidos, Japón y el Reino Unido) están reunidos hasta mañana e invitaron a sus homólogos ucraniano y moldavo a participar en sus discusiones para saber cómo pueden apoyar más a Ucrania en su resistencia a la invasión rusa.
En ese marco, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, pidió al G7 confiscar bienes rusos que servirán en la reconstrucción de su país.
“Hoy pedí a los Estados del G7 que adopten leyes y establezcan todos los procedimientos necesarios para confiscar bienes rusos y dárselos a Ucrania para la reconstrucción”, declaró el ministro, para quien Moscú “debe pagar políticamente, económicamente” por los daños provocados por su invasión.
La semana pasada, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se mostró a favor de confiscar bienes rusos congelados en la Unión Europea y también el presidente estadounidense, Joe Biden, pidió al congreso que le dé esta posibilidad.
Por su parte, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, anunció durante la reunión que el bloque brindará 500 millones de euros (unos 520 millones de dólares) adicionales de ayuda militar para Ucrania.
Con este nuevo financiamiento, el aporte total de la UE para apoyar el esfuerzo militar ucraniano “se elevará a 2.000 millones de euros”, unos 2.077 millones de dólares, dijo Borrell en Wangels, en el norte de Alemania.
Horas antes de este anuncio, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, acusó a la UE de haberse convertido en un actor “agresivo y belicoso” en la OTAN con el conflicto.
“La UE pasó de ser una plataforma económica constructiva, tal y como fue creada, a un actor agresivo y belicoso que muestra ya sus ambiciones mucho más allá del continente europeo”, declaró Lavrov, durante una conferencia de prensa en Tayikistán.
La jornada tuvo, además, dos charlas telefónicas de relevancia: el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, conversó con el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, por un lado, y el canciller alemán, Olaf Scholz lo hizo con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Austin exhortó a Shoigu a actuar de inmediato para implementar un alto el fuego “inmediato” en Ucrania, en su primera conversación desde que comenzó la guerra, a fines de febrero.
“El secretario Austin instó a un alto el fuego inmediato en Ucrania y enfatizó la importancia de mantener las líneas de comunicación”, señaló el Departamento de Defensa en un comunicado citado por la agencia de noticias AFP.
El Pentágono y el Kremlin no dieron más detalles sobre el contenido de la conversación, la primera desde el 18 de febrero, seis días antes de que las fuerzas rusas invadieran Ucrania.
La llamada se dio mientras continúan los combates en el este y el sur de Ucrania, y el Pentágono sostiene que Rusia lleva semanas de retraso en los objetivos establecidos en su plan de guerra.
Sin embargo, Moscú no mostró indicios de retroceder y la inteligencia occidental cree que quiere tomar el control de una amplia franja del sur de Ucrania que se extiende a lo largo del Mar Negro hasta Moldavia.
En tanto, Scholz habló con Putin para abordar las diversas consecuencias de la guerra, en especial la crisis humanitaria y la tensión en el suministro mundial de alimentos, en una charla de 75 minutos, la primera en mes y medio entre ambos líderes.
Según el vocero del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit, durante el intercambio, Scholz insistió en la necesidad de establecer “cuanto antes” un alto el fuego en Ucrania, algo que Moscú no contempla de momento, consignó la agencia de noticias DPA.
Además, hablaron sobre el impacto del conflicto en el suministro mundial de alimentos y Scholz recordó a Putin que Rusia “tiene una responsabilidad especial en este asunto” por haber iniciado la ofensiva.
Los intentos de acercamiento no parecen agradar del todo al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, que lamentó que su par Emannuel Macron intente dialogar en vano con Putin y consideró que “no era correcto” que el mandatario francés estuviera dispuesto a “hacer concesiones diplomáticas” a Rusia.
“No se tiene que buscar una escapatoria para Rusia, y Macron lo está haciendo en vano”, advirtió Zelenski en una entrevista con la cadena de televisión italiana RAI 1 emitida anoche. Y agregó: “No sé si quería obtener resultados en la mediación entre Rusia y Ucrania, pero no los tuvo”.
A principios de esta semana, Macron había dicho que, para poner fin a la guerra en Ucrania, la paz tendría que construirse sin “humillar” a Rusia.
También de parte del papa Francisco habrá un intento de mediación, que comenzará con el viaje, la semana próxima, del canciller del Vaticano, monseñor Paul Richard Gallagher, a una gira por Kiev que incluirá un encuentro con el responsable de la diplomacia, Kuleba.
El inglés Gallagher viajará el miércoles a la capital ucraniana y el viernes 20 se verá con Kuleba, para transmitir la disposición vaticana a facilitar cualquier tipo de diálogo que pueda permitir un acercamiento entre Ucrania y Moscú.
En una cuestión lateral del conflicto, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que su país rechaza la eventual adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN, lo que puede suponer el bloqueo al ingreso de estas naciones a esa alianza militar.
“Seguimos actualmente la evolución de Suecia y Finlandia, pero no tenemos una opinión positiva. Los países escandinavos son como una casa de huéspedes para organizaciones terroristas”, dijo a la prensa Erdogan, en referencia al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado como grupo “terrorista” por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.
En el terreno de combates, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció que destruyó una refinería de petróleo en la región de Poltava, que constituía una fuente principal para el Ejército ucraniano.
Asimismo, señaló que la Fuerza Aérea rusa golpeó 153 áreas de concentración militar del Ejército de Ucrania y varios depósitos de armas en la región de Jarkov y seis unidades de artillería.
Que la zona de combates se haya alejado de Kiev permitió que las autoridades anunciaran la decisión de reducir el toque de queda a partir del domingo y extender el horario del transporte público.
Y en una decisión que suma ruido en la zona, el presidente de la autoproclama República de Osetia del Sur, Anatoli Bibilov, convocó para el 17 de julio a un referendo para que esa región separatista de Georgia se pronuncie sobre su integración a Rusia.