“Cuando la vieja solía contar que había sido cautiva de los indios, yo le preguntaba: Entonces, abuela (…) ¿yo tengo sangre india? Me gusta la idea, ¿sabe? Y creo que en realidad, tengo algo de indio. Y me siento orgulloso de mi origen indio, porque yo creo que lo mejor del mundo está en los humildes. No creo en los evolucionados”.
Juan Domingo Perón, reportaje para revista 7 Días a Adriana Civitta, 5/12/1967.
El 8 de octubre no es una fecha más para los peronistas. A fines del siglo XIX, precisamente en el décimo mes de 1895 nacería en la provincia de Buenos Aires el hombre que marcaría los destinos de la política argentina durante buena parte del siglo siguiente. Hijo de Juana Sosa (de origen castellano y tehuelche) y de Mario Tomás Perón (de origen mezcla de sardo con vasco francés) Juan Domingo vio la luz en el partido bonaerense de Lobos. Tenía a quien salir en cuanto a su vocación por la política: su abuelo Tomás Liberato Perón (1839-1889) fue un destacado político, médico y doctor en Química. En cuanto a su actividad pública, el abuelo del General fue Diputado y Senador de la Provincia, a lo que también se le sumó la presidencia del Consejo Nacional de Higiene (organismo nacional dedicado a la Salud). Además, participó en la Guerra del Paraguay y en las batallas de Cepeda (1859) y Pavón (1861) en el bando mitrista. En 1886, asociado con Eulogio del Mármol, compra en 10.528 pesos fuertes una estancia llamada La Estanzuela (Lobos), que actualmente forma parte del patrimonio histórico argentino. Allí se traslada su hijo Mario Tomás, quien contraerá matrimonio con Juana dando vida a dos hijos: Mario Avelino (1891) y Juan Domingo (1895).
A fines del siglo XIX la familia de Juancito se traslada a la Patagonia. Tras un año de trabajo de Mario Tomás Perón en una estancia de la localidad chubutense de Cabo Raso, las tierras cambian de manos y la familia se muda a la (hoy) Provincia de Santa Cruz, en la zona de ChaokAike. Más tarde, se terminarán asentando en la localidad de Camarones, nuevamente en la actual Chubut. Allí, el padre de los hermanos Perón ejerce el cargo de encargado de la estancia El Porvenir, y asumirá en 1906 el cargo de Juez de Paz subrogante. Más tarde, los Perón comprarán una casa-despacho (donde actualmente se encuentra un museo dedicado a la juventud de Juan y las vivencias de su familia) que ocuparán hasta 1909, donde Juan Domingo vivirá entre sus 6 y 8 años. A partir de aquí, la familia se afincará en un campo ganadero de Sierra Cuadrada, creándose la estancia La Porteña a la que luego se anexarían algunos terrenos linderos. Los pasos de Juan Domingo por distintas estancias le harán ver de primera mano el sufrimiento que experimentaban los peones rurales, a los que luego reconocería con el histórico Estatuto del Peón Rural el 8 de octubre de 1944.
La historia continuará con Juan migrando a Buenos Aires en 1904 a estudiar bajo la tutela de su abuela paterna Dominga Dutey, para realizar sus estudios que culminarán a sus 15 años cuando ingresa a la carrera militar. Durante las vacaciones, Perón realizaría viajes a Camarones en barcos que trasladaban la lana desde la Patagonia para su industrialización o exportación. Su familia, por su parte, vivirá en Camarones hasta 1925, para retornar a Lobos con un Mario Tomás ya sufriendo una enfermedad que culminará con su muerte en 1928. Doña Juana por su parte volverá a la Patagonia casada en segundas nupcias con Marcelino Canosa, pasando por Santa Cruz para asentarse luego en Comodoro Rivadavia.
Si bien los festejos y conmemoraciones siempre son útiles para mantener viva nuestra historia como Movimiento, desde la JP también creemos útil conocer cómo fueron sus primeros años de vida, que influirían definitivamente en su formación camino a la Presidencia, y (lo que es más importante) al corazón del pueblo argentino.
¡Feliz cumpleaños, General!
JUVENTUD PERONISTA CHIVILCOY.