En medio del debate de cuánto y cómo el país debiera invertir en investigación, el profesor Luis Dambra, decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, analiza en un nuevo informe los principales indicadores argentinos de I+D, enfatiza que la solución demanda más protagonismo de las empresas y más inversión en desarrollos enfocados en las necesidades de la sociedad.
Buenos Aires, agosto de 2023 – La investigación científica en la Argentina quedó por estos días envuelta en un debate que podría tener grandes repercusiones a futuro. ¿Es realmente productiva la tarea de los investigadores locales? ¿Son “demasiadas” las personas abocadas a esta tarea o nos faltan expertos? ¿Deberíamos reenfocar los esfuerzos y la inversión hacia otros tipos de investigaciones?
Con el fin de echar luz sobre cómo funcionan hoy las inversiones en investigación y desarrollo (I+D) en la Argentina, el profesor Luis Domingo Dambra, decano de la Facultad de Ciencias Empresariales (FCE) de la Universidad Austral (sede Pilar), elaboró un informe detallado con datos reveladores.
En primer lugar, Dambra explicó que hay una baja inversión en I+D en la Argentina respecto del PBI (0,52%), en comparación con otros países innovadores. Israel encabeza el ranking con una inversión del 5,44% de su PBI, seguido por Corea (4,81%). En los Estados Unidos representa el 3,45% y en Brasil el 1,17%

El sector público domina la inversión en I+D con el 58%. “Es necesario un mayor protagonismo del sector privado”, manifiesta Dambra.En 2010, el sector público representaba el 73%; las empresas aumentaron su participación, pero aún es insuficiente.

Es evidente el retroceso de nuestra capacidad innovadora. “En 1980 duplicábamos a Corea en la cantidad de patentes por millón de habitantes. Después de 40 años, nosotros retrocedimos y ellos multiplicaron sus patentes por 170”, señala Dambra. “Esto no fue casualidad; fue el fruto de una política coordinada y coherente”.
“Discutimos mucho cómo distribuir riqueza, pero nos hemos olvidado de reflexionar sobre cómo generarla. No hemos sabido entender que la solución de fondo es ciencia y tecnología aplicada a los negocios, para generar y exportar valor agregado”, concluye el profesor del Área de Operaciones y Tecnología del IAE Business School.