En este último tiempo, Chivilcoy, se vió azotado por numerosos incendios forestales y hasta algunos, de gran magnitud. Lo que sucede en nuestra ciudad, lamentablemente es un reflejo de lo que acontece en diferentes puntos de nuestro país y en el mundo. El clima, los vientos y la irresponsabilidad humana son el condimento perfecto para un desenlace de hectáreas quemadas produciendo desmontes, pérdida de vegetación, de especies, dificultades en la salud humana por el humo que nos acecha y lo más importante, estas quemas, aportan a lo que hoy conocemos como “crisis climática”.
La idea del proyecto es poder estar “un paso antes” a que la desgracia ambiental ocurra. Existe la ley 14.892 la cual establece acciones, normas, y procedimientos para el Manejo del Fuego, prevención y lucha contra incendios, en áreas rurales y forestales e interface (donde se conjugan parte rural e infraestructura) en el ámbito del territorio de la Provincia de Buenos Aires, solicitando su plena adhesión. Lo interesante de esta ley, es que pena la conducta humana frente al hecho generador de un incendio forestal, que puede ir, desde un apercibimiento a una sanción de tipo pecuniaria y pérdida de concesiones, privilegios, regímenes impositivos y crediticios, sin dejar de lado que ya existe, en el caso que así corresponda, la responsabilidad penal.
Por otra parte, menciona la necesidad de una campaña de prevención y concientización a la comunidad vecina y circundante de manera estratégica en relación con la generación de los focos, cómo así también un plan de acción entre Defensa Civil y Bomberos Voluntarios de Chivilcoy.
No quiere decir que este proyecto intenté decir que no se está llevando a cabo dichas tareas, que de hecho existen, pero lamentablemente a título personal creo, por una parte, que de algún modo se podría ir por más, entendiendo los números incendios que estamos viviendo, y por otra parte, debería ser una política de estado establecida y normada con el fin de que, futuros mandatos, no se encuentren exentos de “tomar riendas” en el asunto.
Particularmente, me ha tocado ver de cerca los incendios de Corrientes donde, gracias a la gente que colaboró, he podido acercar donaciones a nuestros bomberos locales. La verdad fue un encuentro de emociones, por un lado llegar a Yporá y que me comente, quien estaba a cargo de allí, cómo destacaba la labor de los bomberos de Chivilcoy. ¡Se te infla el pecho de orgullo! Pero por otro lado ver cómo las llamas perseguían animales, arrasando con todo ser vivo, animal y vegetal, produciendo un ecocidio que nos hizo, hasta el que no es ambientalista, lagrimear.
A nadie, ninguna persona, desea ni de cerca, algo así para nuestra ciudad. Es por ello, que tenemos herramientas en nuestras manos para poder hacer algo al respecto y confío que nuestro Honorable Consejo Deliberante y este proyecto idealista por una simple ambientalista, terminará siendo una ordenanza que nos va a beneficiar a toda la comunidad chivilcoyana.